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Arquitectos: Boris Bouchet Architectes, Studio 1984
- Área: 953 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Benoit Alazard
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Proveedores: Carrières de Provence
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Conservatorio de música se inscribe en pleno centro histórico de un ambicioso proyecto de renovación urbana, actuando como catalizador de un nuevo estilo de vida urbano y aportando dinamismo a la nueva red de espacio público peatonal.
El proyecto se sitúa en la parcela de la antigua escuela Jean Jaurès, ubicada en pleno tejido residencial del centro histórico. La decisión del consistorio de la ciudad del Pradet de implantar dicho proyecto en su centro histórico, es una clara y atrevida apuesta por un estilo de vida alternativo a un mundo dominado por el coche. La dificultad de instalar un equipamiento de esta escala en el tejido residencial de centro histórico constituye uno de los mayores desafíos del proyecto, lo que nos lleva a plantearnos en qué medida puede la arquitectura, ser capaz de articular la diversidad sociocultural entre, por un lado, los usuarios provenientes del territorio metropolitano y, de otro, los habitantes, alterados por la transformación de su entorno cotidiano?
La primera decisión de implantación morfológica consiste en agrupar el programa en 3 niveles, reduciendo de esta manera la superficie de suelo ocupada por el edificio. El espacio liberado resultante, permite la conservacion de los grandes árboles existentes del antiguo patio de la escuela, da un respiro más que necesario al tejido denso y privado del contexto y convierte este espacio central en un tercer “equipamiento público” que articula la plaza Paul Flamencq, la mediateca y el propio conservatorio. Esta estrategia de implantación representa una primera respuesta a la contradicción existente entre la necesidad de construir un equipamiento simbólico que sea capaz de representar una dinámica de renovación urbana y la necesaria discreción de un edificio proyectado en un centro histórico.
El proyecto se percibe a través de una doble lectura. Desde la colina o el centro histórico, el edificio se afirma como una arquitectura presente durante siglos. Su volumen fragmentado y la composición de sus fachadas, permite integrar el conservatorio en la escala doméstica de las casas colindantes, construidas con los mismos materiales – fachadas minerales con tonos claros y cubiertas de teja-. Desde el espacio interior de la plaza, la verticalidad del volumen contrasta con el volumen bajo de la antigua escuela; el pórtico de hormigón de la entrada en doble altura, y la escala fuera de lo común de las aberturas de las fachadas confieren una imagen monumental al edificio y reafirman su carácter público.
A través de su materialidad mineral, el proyecto se inscribe en la continuidad lógica de un centro histórico donde casas y edificios han sido ya construidos en piedra calcárea. El uso de piedra maciza estructural viene determinado por sus cualidades ambientales y su gran durabilidad; la proximidad de las canteras junto con la poca transformación del material desde su extracción hasta su colocación favorece la reducción de la huella de carbono.
La piedra utilizada para la construcción del conservatorio es la piedra de “Estaillade”, proveniente de las canteras de Oppède, situadas en las proximidades del Pradet. De este modo, el conservatorio establece una relación dialéctica fuerte con la iglesia Saint- Raymond Nonnat, construida en el siglo XIX con la misma piedra, sin que podamos dejar de lado el hecho que la proximidad y la vitalidad de la industria de explotación de la piedra maciza en las canteras de Provence favorecen la viabilidad económica de este material en la actualidad.